Además, el número de personas de edad avanzada ha aumentado, debido a que la esperanza de vida se ha incrementado como resultado de la tecnología y los tratamientos avanzados para las enfermedades comunes de la vejez. En otras palabras, viviremos más tiempo y estaremos más en contacto con la depresión.
¡Sigue leyendo para entender mejor cómo se produce la depresión en personas mayores y cómo combatirla!
Características de la depresión en la tercera edad
La depresión puede aparecer en la tercera edad, debido a los factores y pérdidas ya mencionados, en cuyo caso el factor hereditario no cuenta tanto, es decir, la enfermedad está mucho más relacionada con el propio envejecimiento. Pero también hay casos en los que el problema ya acompaña al paciente y se ha intensificado en esta etapa, presentando características de cronificación. Por tanto, es imprescindible el cuidado de las personas mayores.
Los síntomas que aparecen en la depresión en las personas mayores son bastante atípicos, muchos ni siquiera se ven o se sienten tristes. La falta de memoria puede ser a menudo un fuerte signo de depresión, que termina por confundirse con la demencia en esta etapa. Esta presentación de la enfermedad de manera diferente dificulta el diagnóstico y la adhesión al tratamiento, ya que muchos pacientes no aceptan la enfermedad.
También es en la vejez cuando la personalidad se intensifica, es decir, los adultos bondadosos tienden a ser aún más amables cuando envejecen, al igual que los adultos malhumorados tienden a empeorar con la edad. Y es precisamente la personalidad la que determinará cómo se ve la depresión en esta etapa, es decir, las personas pesimistas con baja autoestima están más predispuestas a la depresión.
Una precaución muy importante que debe tomarse es no trivializar los síntomas de la depresión en los ancianos con la justificación de ser «algo de edad». Todo cambio de comportamiento debe ser observado y, de ser necesario, llevado al médico para su análisis.
Impactos de la depresión en la vida de los ancianos
La depresión, en cualquier etapa de la vida, puede perjudicar enormemente la calidad de vida del paciente. En los ancianos, esto tiende a intensificarse a medida que la recuperación de cualquier problema se hace más lenta. La enfermedad puede interferir en los aspectos físicos, ya que los ancianos perderán las ganas de hacer ejercicio, de comer saludablemente, de participar en programas sociales e incluso de tomar medicamentos para enfermedades que surgen con la edad.
El sexo es un aspecto importante en la vida de todo adulto, incluyendo a los ancianos. Las mujeres pueden experimentar una baja libido y dificultades durante las relaciones sexuales cuando entran en la menopausia, al igual que los hombres pueden sufrir de impotencia. Estos problemas sexuales contribuyen al desarrollo de la depresión en los ancianos. Por eso, estimular una vida sexual activa, incluso en los ancianos, contribuye en gran medida a la salud física y mental.
La consecuencia más grave de la depresión es el riesgo de suicidio,. La evidencia muestra que las personas mayores intentan suicidarse hasta siete veces más que los jóvenes.
Tratamiento de la depresión en las personas mayores
Como ya se ha dicho, lo primero que hay que hacer es no simplificar los síntomas de la depresión en la tercera edad a las «cosas de la época». El envejecimiento no es una enfermedad y siempre que haya dificultad para realizar cualquier tarea, debe ser tratado con atención. Sólo con el diagnóstico correcto se puede hacer el tratamiento correctamente.
Es común que las mujeres sean las primeras en buscar ayuda en caso de que se sospeche que existe un problema de salud, especialmente en la vejez. Para los hombres, hay una cierta resistencia.
Eltratamiento de la depresión se realiza combinando medicamentos, especialmente antidepresivos, con psicoterapia y terapias ocupacionales, como estímulo para llevar a cabo actividades que recuperen el placer de vivir.
Los ancianos pueden, según su personalidad, optar por clases de baile, artesanía, coros, grupos de senderismo y cualquier otra actividad que les distraiga y les haga sentirse reintegrados en los entornos sociales. Incluso una mascota puede ser un buen estímulo para el paciente mayor. La presencia de la familia es fundamental para el éxito del tratamiento, después de todo, sentirse abandonado en esta fase de la vida es un motivo de profunda tristeza.