Baja por depresión

La baja por depresión

Procedimiento y motivos para solicitar la baja por depresión en España.

Cuando hablamos de “baja” en un ámbito laboral nos referimos al cese de nuestra actividad profesional, justificada por alguna imposibilidad física (enfermedad) que nos impida llevar a cabo nuestra labor diaria.

Cuando hablamos de baja por depresión, deberá considerarse el mismo procedimiento que con cualquier otra patología ya que se trata de una enfermedad que se diagnostica y que tiene su respectivo tratamiento, como cualquier otra.Baja por depresión

Pero al hablar de “depresión” nos introducimos en un ámbito de salud mental, y este terreno muchas veces puede presentar algún tipo de confusión debido a que no es una patología que pueda “verse” o demostrarse fácilmente a través de un estudio médico convencional.

Un médico especializado, en este caso un psiquiatra, deberá hacer el correspondiente informe concediendo la baja laboral y justificando las razones por las cuales el paciente no se encuentra en condiciones de desarrollar sus tareas o bien que el ámbito de trabajo podría entorpecer o impedir su recuperación.

Tipos de baja por depresión

El número de habitantes que padecen depresión en España ha ascendido en un 9% los últimos dos años, y los expertos aseguran que se trata de una enfermedad que seguirá en alza y que se ha incrementado fuertemente en los últimos cuatro años debido a la crisis económica. Pero es importante distinguir la causa de la depresión en cada caso, ya que puede ser de origen personal o laboral, y en cada situación se procederá de diferentes formas:

Depresión por motivos personales

Si la persona presenta depresión y asegura que los motivos son personales, el paciente concurrirá a un médico de cabecera quien seguramente lo derive a un médico especialista y será quien considere si la baja es necesaria y la acredite. En este caso se inscribe dentro de la categoría de enfermedad común y la baja se tramita como una incapacidad temporal para desarrollar las funciones laborales.

Depresión por motivos laborales

En este caso el trabajador presenta síntomas de depresión ocasionados por motivos de trabajo, que pueden ser desde sobrecarga de tareas, presión, desmotivación, estrés, falta de reconocimiento, maltrato pasivo, etc.

Cuando esto ocurre, la vía correcta sería recurrir a la mutua para solicitar la baja por depresión causada por motivos laborales. La realidad es que las posibilidades de que sea concedida son pocas así que luego debería recurrirse a iniciar un procedimiento judicial donde se pueda demostrar la patología a través de informes, y que de esta manera pueda ser finalmente considerada tal como si se tratase de un accidente laboral.

Lo cierto es que pasar tales instancias puede no resultar una tarea fácil para una persona que atraviesa un estado de depresión, es por eso que la gran mayoría de las personas que sufren depresión por causas laborales acaban gestionando la baja a través de su médico de cabecera como una enfermedad común.

Una vez que se obtiene la baja por depresión, se llevará a cabo el mismo tratamiento salarial que con cualquier otra baja médica por enfermedad. En estos casos lo que sucederá es que en vez de percibir nuestro salario habitual pagado por la empresa, pasaremos a cobrar una prestación o subsidio por incapacidad temporalde enfermedad común, que correrá por cuenta de la mutua o bien, del INSS (Instituto Nacional de la Seguridad Social).

Esta prestación por incapacidad tiene un límite de 12 meses y es prorrogable por 6 meses más. Hay que tener en cuenta que la depresión es una enfermedad de recuperación lenta y por eso la baja puede ser prolongada. La mutua o INSS podrá requerir de los correspondientes informes médicos y notificación de los tratamientos que está recibiendo el paciente, para asegurarse que está siendo tratado y en vías de recuperación.

Hay quienes piensan que al estar de baja laboral tendrán su puesto asegurado ya que no pueden ser despedidos. Esto no es correcto ya que un empleador puede despedir a un empleado en cualquier momento siempre que le abone la correspondiente indemnización, incluso frente a una baja por depresión.

La depresión endógena

La depresión endógena es un tipo de depresión, es decir, pertenece a la categoría de trastornos del estado de ánimo. Este tipo de trastornos se caracterizan por síntomas principalmente de tristeza, apatía, desesperanza, cansancio y pueden estar combinados con ansiedad u otro tipo de sintomatología.

Los trastornos del estado de ánimo son los más habituales dentro de la población general y tienen curación. En ese artículo, en concreto, podrás conocer qué es la depresión endógena, sus características y el proceso para superarla.

¿Qué características tiene la depresión endógena?

tratar la depresión endogenaLa depresión endógena es aquella en la que no podemos encontrar una causa concreta e identificable de la misma. Es decir, es más somática y biológica. Por otro lado, encontramos la depresión exógena o reactiva, que es aquella en que sí podemos encontrar el origen con mayor facilidad: Por ejemplo, la persona ha sufrido la perdida de un ser querido, una enfermedad incapacitante o experimentado una ansiedad muy alta que ha hecho “agotarse” sus energías, cayendo en depresión.

Actualmente, las investigaciones apuntan a que pueden haber factores genéticos que aumenten la probabilidad de desarrollarla así como factores familiares. Aquí cabe apuntar que aunque ambos factores de riesgo estén presentes ello no conlleva que la persona proclive a ella vaya a desarrollar una depresión endógena.

Síntomas de la depresión endógena

Algunos de los síntomas de este tipo de depresión son los siguientes:

  1. Incapacidad para enfrentarse al futuro.
  2. Falta total de esperanza.
  3. Pérdida de interés por cosas con las antes se disfrutaba.
  4. Pérdida de ganas de comer.
  5. La persona se siente peor al empezar el día.
  6. Pérdida de peso.
  7. Cansancio pronunciado.
  8. Alteraciones del sueño.

 

Cómo superar la depresión endógena

En primer lugar, es fundamental el recibir un buen diagnóstico. En los trastornos psicológicos es clave que éste lo realice un profesional de la salud mental, es decir, un psicólogo especializado en psicología clínica (en España reciben el nombre de psicólogos generales sanitarios) o por un psiquiatra (médico especialista en tratamiento farmacológico de los trastornos mentales)

A continuación deberemos de recibir un tratamiento psicológico con una terapia psicológica preferentemente cognitivo conductual, que es la que más apoyo científico ha recibido respecto a su eficacia. Esta, además, puede ser complementada por la psicoterapia positiva, que cada vez va mostrando más efectividad en casos de depresión. Cada psicólogo y cada paciente son distintos, y el tratamiento tendrá que adaptarse según las propias preferencias y circunstancias, pero podemos señalar algunos puntos clave:

Activación conductual

La depresión hace que cortemos con actividades que antes nos resultaban agradables. Ello nos hace entrar en un círculo vicioso en el que cada vez las hacemos menos, privándonos del placer de realizarlas. El primer paso será el trazar un planning de actividades agradables que nos hagan movilizar energías y experimentar emociones positivas (nadar, salir, retomar amistades…).

actividades antidepresivas

Gestión emocional

La gestión emocional es clave en la depresión endógena. Al no haber una causa clara por la cual nos encontramos mal, es más difícil enfrentarse a ella (por, por ejemplo, caso de haber perdido a alguien querido y saber que tenemos que procesar un duelo). Así aprender a conocer, expresar y gestionar nuestra vida emocional será vital.

Red social

Una red social nutrida es muy importante cuando estamos deprimidos. Tanto el disponer de amigos íntimos, familiares en que confiar así como conocidos nos permite recibir consejos y escucha. Ahora es cuando debemos recurrir a ellos; en el futuro, cuando nos encontremos bien, podremos devolverles el favor y ayudarles en caso de que lo necesiten.

Autocuidado

Comer bien, procurar descansar, no descuidar la higiene ni nuestra apariencia física puede ayudarnos a mejorar nuestro estado de ánimo y sensaciones positivas sobre nosotros mismos.

 

Así, estaremos dando los primeros pasos para superar una depresión endógena. En ese proceso seguro surgirán situaciones nuevas, barreras, vueltas atrás… pero también momentos de satisfacción por estar tirando hacia delante. La ayuda de un buen profesional con experiencia es este trastorno será un apoyo fundamental en muchos de momentos para superar la depresión.

 

sintomas de depresión mayor

La depresión mayor

“Depresión” es un término muy utilizado tanto en nuestra cultura popular como en Psicología. Cuando oímos “esa persona está deprimida” probablemente se esté haciendo referencia a lo que desde la psicología se denomina depresión mayor.

¿Qué es la depresión mayor?

¿Pero cómo podemos definirla desde la Psicología? La depresión mayor es un trastorno psicológico caracterizado por una tristeza profunda, desesperanza y cambios a nivel de pensamiento, emocional y de conducta. La depresión mayor, que puede tener diferentes intensidades y características particulares, siempre estará caracterizada por cambios en el estado de ánimo.

Hay muchas categorías de depresión. Este término no pretende hacer alusión al origen de la depresión, depresión endógena o depresión exógena o reactiva, sino que describe y pone nombre a lo que está pasando. Bajo el término de depresión mayor pueden englobarse casos muy diferentes: así, puede presentarse como un episodio único a lo largo de la vida o más frecuentemente como varios episodios recurrentes.

En los manuales diagnósticos se habla de trastorno depresivo mayor si además no ha habido ningún episodio maniaco (trastorno del estado de ánimo con euforia, exceso de energía, hiperactividad, desinhibición) intercalado, pues en ese caso estaríamos frente a un trastorno bipolar o maniaco-depresivo. Debe de haber durado como mínimo dos semanas con una presencia diaria de una serie de síntomas, uno de los cuales debe ser obligatoriamente un descenso del humor o de la capacidad para experimentar placer.

Síntomas de la depresión mayor

¿Qué síntomas principales podemos encontrar para poder diagnósticar una depresión mayor en un paciente? Estos son los más significativos.

  1. Pérdida de peso
  2. Hipersomnia (aumento de la necesidad de sueño) o insomnio
  3. Enlentecimiento o agitación psicomotoras
  4. Fatiga
  5. Ideas de inutilidad o culpa
  6. Disminución de la capacidad de pensar o concentrarse
  7. Pensamientos recurrentes de muerte.

Los síntomas han de mantenerse la mayor parte del día y en conjunto. Esto último es muy importante destacarlo, ya que probablemente el 100% de las personas hayamos experimentado estos síntomas (p. ej. insomnio) a lo largo de nuestra vida y ello no quiere decir que hayamos estado deprimidos.

La intensidad de la depresión mayor puede ser variable, como decíamos arriba. Pueden haber personas con una tristeza vital y profunda que afecta a todas las áreas de su vida y que manifiestan una imposibilidad absoluta de anticipar o conseguir un cierto placer. Al mismo tiempo que otras personas pueden tener menos capacidad de buscar placer pero conservar la capacidad de experimentarlo si la situación es propicia. Así, a nivel de comportamiento la persona nota que no tiene ninguna motivación por hacer cosas que antes le divertían o le hacían sentir bien.

A nivel de pensamiento no son raros los sentimientos de inutilidad o culpa excesivos o inapropiados: “esto que me pasa espor mi culpa”, “no sirvo para nada”, “haga lo que haga todo me saldrá mal”. Cuando experimentamos una depresión mayor, nuestra autoestima baja y podemos expresar ideas sobrevaloradas de inutilidad, hipocondría (temor a padecer enfermedades), desesperanza o ruina.

Aquí citaremos la triada cognitiva que describió el psiquiatra Aaron Beck en su terapia cognitiva para la depresión: visión negativa de uno mismo, del futuro y del mundo. En algunos casos pueden haber pensamientos suicidas y si la depresión es muy grave intentos de quitarse la vida.

¿Qué se puede hacer para tratar una depresión mayor?

Un episodio depresivo mayor que sea tratado puede mejorar en cuestión de meses e incluso desaparecer por completo. Puede acabar de igual manera que empezó: de manera brusca o paulatina.

Con la intervención lograremos reducir los tiempos: mediante una psicoterapia adecuada y un profesional en quien confiemos estaremos en condiciones de mejorar a medio plazo.

Igualmente la depresión mayor por su naturaleza tiende a ser recurrente. Si bien pueden darse episodios únicos, la tendencia en aproximadamente la mitad de las personas es a que el episodio se repita. En ocasiones, el tiempo entre episodios puede ser de meses e incluso años. Por ello el aprender pautas preventivas para el futuro será también muy importante.

Se puede minimizar la probabilidad de que se produzca un nuevo episodio de depresión mayor. Antes hemos hablado de la triada cognitiva; así, se puede trabajar en lograr una visión más adaptada y positiva de nosotros mismos, del futuro y del mundo que nos rodea. Si bien se trata de ser realistas, podemos empezar a encontrar la parte buena de lo que nos rodea, con la ayuda de nuestro entorno, de algún buen material escrito o de un profesional experimentado.

La depresión reactiva

En ocasiones, determinados acontecimientos vitales nos desbordan haciendo que veamos difícil superarlos y provocándonos consecuencias personales intensas. La depresión reactiva es un tipo de depresión que se origina tras haberse producido un hecho o varios emocionalmente relevantes que nos han provocado una reacción emocional.

¿Qué es la depresión reactiva?

Existen momentos de la vida cotidiana en los que las personas somos más proclives a padecer este tipo de depresión: aquellas experiencias que supongan una pérdida para la persona, como una ruptura de una relación amorosa, un desahucio, el tener que emigrar, la jubilación, la pérdida de un empleo, recibir el diagnóstico de una enfermedad grave, la jubilación…

Además de acontecimientos puntuales, el estilo de vida puede ser hecho desencadenante de una depresión reactiva. Así, cuando el sujeto lleva una vida con mucho estrés, excesivas demandas laborales y/o familiares, problemas económicos, etc, es más proclive a desarrollar un episodio depresivo.

La depresión reactiva también es llamada depresión exógena y su opuesta es la llamada depresión endógena (enlace al otro artículo), que no tiene una causa concreta e identificable. Sin embargo, esté donde esté el origen de la misma, los síntomas son similares y el tratamiento tendrá puntos en común.

¿Las personas que sufran estos acontecimientos estresantes graves desarrollarán una depresión reactiva? No en la mayor parte de casos, simplemente estos, unidos a otros factores personales, pueden ser la causa.

Otro hecho importante es que si incluso finalmente se desarrolla una depresión reactiva esta no tiene porqué producirse inmediatamente después del acontecimiento, sino incluso semanas o algunos meses después.

¿Qué diferencia a la depresión reactiva de otros tipos de depresión?

La depresión reactiva está, como decíamos, bastante relacionada con el estrés. Si bien en todas las depresiones hay estrés (la persona se enfrenta a situaciones más o menos difíciles de superar) en esta se trata de su característica básica. Ante periodos largos de situaciones que causan ansiedad, la persona, utilizando una comparación muy gráfica, es como una pila que se va agotando. La energía baja y ello hace que podamos llegar a “vaciarnos”, a sentirnos vacíos y agotados.

Otro concepto importante en este tipo de depresión es el llamado estilo atribucional de la persona: dónde ponemos la explicación de lo que nos pasa. Pongamos un ejemplo, una persona que atribuye sus éxitos a causas externas no controlables pero que se siente culpable de sus fracasos, atribuyéndolos a causas internas sobre las que tampoco ejerce un control, es más probable que desarrolle una depresión.

Así, la no controlabilidad sobre los acontecimientos de la propia vida, está muy relacionada con la teoría de la indefensión aprendida. Según esta teoría, se trata del fenómeno en que la persona acaba convencida de que no puede hacer absolutamente nada para cambiar una situación, es decir, su control sobre el ambiente es nulo y ello le provoca sensación de impotencia y abatimiento. La indefensión aprendida está muy relacionada con la depresión así como con otros trastornos psicológicos. Para ver un ejemplo de que la indefensión aprendida es fácil de crear, visualiza este vídeo.

Por otro lado, el psicólogo Stephen Kobasa propuso que frente a un mismo suceso traumático habría dos tipos de personas: las personas resistentes o resilientes, con un gran sentido del compromiso, una fuerte sensación de control y una mayor apertura a los cambios vitales. Igualmente, existirían las personas no resistentes o no resilientes, que muestran carencias en el sentido del compromiso, un locus de control externo y una tendencia a considerar el cambio como negativo y no deseado. Aquí cabe decir que la resiliencia es un rasgo que se puede trabajar y desarrollar.

¿Cómo se puede afrontar una depresión reactiva?

De entre todos los tipos de depresión, la depresión reactiva es la que tiene mejor pronóstico, dado que puede tratarse más fácilmente analizando junto al paciente esos acontecimientos que han precipitado el trastorno y su particular forma de entenderlos, para así poder corregir distorsiones cognitivas o estilos atribucionales poco adaptados e inapropiados.

El afrontar este hecho, así como el aprender pautas que nos permitan elevar el estado de ánimo a corto, medio y largo plazo, como el desarrollar la resiliencia, nos ayudarán a superar la depresión.

Qué es la depresión crónica o distimia

La denominada depresión crónica es un tipo de trastorno del estado de ánimo. En esta, el ánimo, la energía y la motivación de la persona están regularmente bajos. Su característica particular es que los síntomas no son tan intensos como con la depresión mayor (enlace a mi otro artículo). Es decir, se trataría de una depresión con sintomatología menos grave pero más alargada en el tiempo.

La depresión crónica también se conoce como distimia. Más concretamente, ¿qué entendemos por distimia? Atendiendo a su definición, el principal síntoma de distimia o depresión crónica es un estado de desánimo o tristeza casi todos los días durante al menos durante 2 años, es decir, a largo plazo. En niños y adolescentes, el estado de ánimo puede ser irritable en lugar de deprimido y puede durar al menos un año.

Síntomas de depresión crónica

Respecto a los síntomas al menos dos de los siguientes deberán estar presentes en la depresión crónica:

  1. Energía baja, fatiga que dificulta en ocasiones cumplir con nuestras tareas.
  2. Autoestima baja y sentimientos de poca valía.
  3. Comer poco o por el contrario comer en exceso
  4. Sentimientos de desesperanza respecto al futuro.
  5. Muy poco o por otro lado un exceso de horas de sueño
  6. Dificultades para concentrarse y mantenerse centrado.

Las personas con distimia con frecuencia tendrán un punto de vista negativo o desalentador de sí mismos, de su futuro, de otras personas y de eventos en la vida.

¿Por qué se produce la depresión crónica?

Como en otros tipos de depresión, o de cualquier otro trastorno psicológico, al tratar de localizar la causa de la distimia, esta aparecerá por un conjunto de factores, tanto genéticos (parece que hay un componente hereditario en la misma) como de las experiencias personales. Respecto a sexos, es más presente en mujeres que en hombres y puede afectar a una de cada 20 personas.

Al igual que con otros trastornos psicológicos, este tipo de depresión correlaciona con otros trastorno psicológicos como la ansiedad, el consumo de alcohol u otros trastornos de salud. Es decir, la presencia de unos aumentaría la presencia de los otros.

Aquí también es importante hablar de tipos de personalidad que puedan ser tendentes a la depresión. La personalidad, si bien evoluciona levemente a partir de la juventud adulta, suele mantenerse bastante estable. Hay determinados rasgos que pueden favorecer el sentirse triste, como por ejemplo tender a ser una persona pesimista y no optimista.

sintomas de depresión crónicaAsí, es fácil no distinguir entre una personalidad determinada, que por ejemplo sienta tristeza más fácilmente que otra y una distimia, que es un trastorno clínico. ¿Cómo podremos hacer mejor la distinción? Como te recomendamos siempre en nuestra web, pide consejo con un psicólogo especialista en psicología clínica y de la salud. En todo caso, las características de la depresión mayor son más fácilmente distinguibles dada la intensidad de sus síntomas. La distimia como decíamos será más leve, pero mucho más alargada en el tiempo.

Por otro lado en esta guía de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria se incluyen consejos para familiares así como para la propia persona. Igualmente interesante resultan las recomendaciones el Instituto Nacional de Salud (NIH) de EEUU, referencia en divulgación en temas de salud. Incluimos aquí consejos basados en ambas guías así como en nuestra experiencia clínica con el fin de poder afrontar bien la depresión crónica.

Consejos y recomendaciones para superar la depresión crónica

  1. Si bien es un trastorno que por sus características tenderá a cronificarse se puede llevar una vida equilibrada, sana y desarrollarse en los diferentes ámbitos importantes de la vida, trabajo, familia, relaciones sociales etc.
  2. Es clave implicarse en el tratamiento. La terapia de elección será una psicoterapia cognitivo conductual. Los fármacos antidepresivos serán útiles en casos de episodios puntuales de depresión mayor.
  3. Algunas personas se recuperan por completo, otras deberán aprender a manejar los síntomas que queden tras haber recibido un tratamiento.
  4. El apoyo social es clave. Amigos y familiares tendrán un papel importante en ayudarnos durante el proceso.
  5. Desarrollar determinadas habilidades ayudarán mucho. Por ejemplo, las herramientas de solución de problemas, la asertividad y de toma de decisiones. Mejorar la comunicación con los demás nos permitirá hacer más fluido el saber hacer entender a los demás que nos pasa.
  6. El sentido del humor, el realizar actividades de ocio que nos diviertan y cada semana dedicar momentos para cuidarnos deberán formar parte de nuestra rutina en el proceso de recuperación.

Superar la depresión crónica es posible

Superar y recuperar de una distimia es posible. Si bien encontraremos dificultades durante el proceso, los avances que vayamos consiguiendo seguro nos motivarán a seguir dando un paso más y llevar una vida sana y equilibrada.

Antidepresivos naturales

Para citar los antidepresivos naturales, debo explicar primero que la depresión, sea del tipo que sea, es un trastorno psicológico basado en una bajada del estado de ánimo y sentimientos de tristeza y desesperanza. Para que esta se produzca han de darse una confluencia de diferentes factores, tanto personales (tipo de personalidad, genéticos…) como ambientales (situación laboral, económico, el disponer o no de una red social fuerte…)

La depresión produce cambios químicos en el cerebro

Sin embargo, en todos los casos, se producen una serie de cambios en el funcionamiento normal del cerebro. Esto especialmente en los llamados neurotransmisores, sustancias químicas que regulan la actividad de nuestro sistema nervioso. Entre estos, hay un neurotransmisor principal implicado, la serotonina. La depresión se ha relacionado especialmente con un descenso de los niveles de serotonina a nivel de las uniones entre las neuronas.

Igualmente, hay otras sustancias en nuestro organismo importantes en este proceso, las endorfinas. También son neurotransmisores y cuando se liberan experimentamos bienestar e incluso menos dolor. Así, si queremos superar una depresión deberemos de provocar cambios de nuevo en la regulación de la serotonina, endorfinas y de manera secundaria en otros neurotransmisores, esta vez jugando a nuestro favor.

Así, en el tratamiento de la depresión se emplea en ocasiones un grupo de fármacos, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, como el conocido Prozac, cuyo papel consiste en modificar los niveles de serotonina que se encuentran alterados en las personas deprimidas. Cabe decir aquí que algunas personas no desean consumir antidepresivos farmacéuticos, al temer sus en ocasiones serios efectos secundarios.

Actualmente sabemos que existen una serie de plantas medicinales, remedios naturales, y alimentos que pueden ayudar a superar no sólo este trastorno sino también la ansiedad de una manera sana y natural. Además, el realizar ciertas actividades sin necesidad de tomar fármacos sabemos actualmente que nos servirán también como antidepresivos naturales. Estas podrán servir como alternativa a los antidepresivos farmacéuticos y como complemento a las terapias psicológicas, siempre bajo la supervisión de un psicólogo especializado en psicología clínica:

Alimentos y productos que funcionan como antidepresivos naturales

Hierba de San Juan – ginko biloba

La hierba de San Juan es un antidepresivo natural

Existe cierta evidencia actualmente de que diferentes sustancias naturales ayudan en el proceso de superar una depresión. Una de estas es la hierba de San Juan, también conocida como hipérico, de interés para depresiones leves a moderadas. Igualmente el ginko biloba es un árbol que se ha utilizado ancestralmente como medicamento psicoactivo en diferentes culturas.

Aceites esenciales.

Los aceites esenciales que se difunden o inhalan directamente pueden tener un impacto positivo inmediato en el estado de ánimo, dentro de productos que se pueden incluir en fitoterapia. El olfato es el único sentido que puede tener efectos directos en la región límbica del cerebro. Los aceites esenciales estimulan el flujo sanguíneo y la actividad en la región emocional del cerebro que ayuda con la depresión. Los aceites individuales: Albahaca, bergamota, cedro, salvia, incienso, geranio, pomelo, lavanda o limón son sustancias utilizadas en este aspecto.

Triptófano

El pescado puede ser un antidepresivo natural

El triptófano es un aminoácido que se encuentra en las proteínas que ingerimos con la alimentación. Una

vez en nuestro organismo, se transforma en otra sustancia llamada 5-HTP que, a su vez, se convierte en serotonina. Pescado azul, carnes magras, huevos, leche, cereales, legumbres, frutos secos y algunas semillas contienen triptófano.

El consumo de alcohol, la cafeína o de edulcorantes artificiales como el aspartame reducen la producción de triptófano, con lo que eliminando o reduciendo su consumo lograremos fomentar la creación es dicha sustancia.

Ácidos grasos omega 3

Los ácidos grasos omega 3 están presentes principalmente en el pescado, semillas de lino, vegetales de hoja verde, aceite de canola, o nueces. Su consumo habitual ayudaría en el funcionamiento óptimo del cerebro y sería útil en casos de depresión.

Actividades que funcionan como antidepresivos naturales.

Meditar

Meditar es una práctica que se ha demostrado reduce el estrés y tiene efecto sobre los pacientes con depresión crónica, porque logra alcanzar una parte menos accesible del funcionamiento normal del cerebro La meditación reduce los estados depresivos porque las personas que la realizan comienzan a poder pensar con mayor claridad, minimizar y relativizar los problemas, se enfocan en las imágenes bellas y positivas (una playa, un río, una montaña) y en fomentar los sentimientos de amor, bondad y tranquilidad. Una práctica especialmente recomendable es la del mindfulness, un tipo de meditación. Si uno nunca ha meditado, se recomienda acudir a un centro o escuela para aprender bien sus bases y luego practicar en casa si así uno lo desea.

Activar el cuerpo

Bailar, hacer ejercicios aeróbico o determinadas prácticas como el yoga o pilates para eliminar la influencia de la depresión. Aquí incluimos actividades como salir a andar en bicicleta, dar una caminata por el parque, pasear frente a un lago o río, donde además podremos tomar el aire. Sus beneficios unen organismo y cerebro, dado que cuidando a uno cuidamos al otro y viceversa.

Recibir la luz solar

Salir al aire libre en un día soleado es muy adecuado para tratar la depresión. La vitamina D de los rayos UV aumentan los niveles de serotonina en el cerebro. Se recomienda que la exposición sea de al menos 15 minutos por día, no sólo en la cara, sino que si podemos hacerlo en brazos y piernas obtendremos más beneficios.

Reír

La respuesta física de la risa nos permite combatir la depresión porque elimina las hormonas del estrés. Además, estimula a la relajación, se mueven los músculos de la cara y el pecho y viene de rodearnos de otras personas ya que en casi todas las veces en que nos reímos lo hacemos acompañados) Disciplinas como la risoterapia o la abrazoterapia sacan partido a sus beneficios.

En definitiva, existen múltiples maneras de prevenir la depresión y de tratarla mediante antidepresivos naturales. Estos podrán complementar y hacer más eficaces a diferentes terapias psicológicas en el camino de superar la depresión y llevar vidas más equilibradas, sanas felices.